Para muchos, el término advergaming puede resultar nuevo, pero la realidad es muy distinta. A principios de los años 80, algunas empresas empezaron a utilizar este recuso para potenciar su marca movidos por el crecimiento del sector de los videojuegos, al ver en ellos un nuevo canal para publicitarse

El videojuego es un canal muy potente, ya que al interactuar constantemente con él, se genera una conexión muy fuerte con el usuario. Cuando se introduce un producto, y este cuenta además con una mecánica asociada dentro del juego, generalmente produce un refuerzo positivo. Hace tres décadas, este enorme potencial atrajo ya a algunas compañías.

Videojuegos corporativos

Una de las pioneras fue la videoconsola Sega Megadrive, lanzada a finales de los 80, que empleó este tipo de estrategias comerciales. En concreto, para el refresco 7up, a través de un divertido juego de plataformas llamado “Cool Spot”. Logró dar vida a una campaña publicitaria elegante, divertida y con el mismo efecto imán que el videojuego.

Siguiendo esta misma línea, la marca de aperitivos Cheetos decidió promocionar su mascota de una forma lúdica en “Wild wild quest”, un entretenido juego de plataformas que obtuvo una buena acogida por parte de los usuarios. Además, reforzó positivamente la imagen del producto, gracias al carisma de la mascota de Cheetos, protagonista del juego.

 

Este puede considerarse el germen del advergaming. Pero allá en los años 90 este concepto se popularizó aún mas, y algunas marcas intentaron posicionarse integrando anuncios dentro de videojuegos, que en un principio no estaban pensados para este fin. ¿Cómo? Bien añadiendo la marca como un objeto de uso positivo con el que el usuario puede interactuar, bien ubicando publicidad en el escenario del juego.

Coca-Cola reforzó positivamente su producto en el videojuego “Parasite Eve” introduciendo una mecánica de refuerzo positivo para el usuario. También escenarios como los del «Crazy Taxi» o «Splinter Cell» albergaron publicidad.

La promoción de las marcas no solo se produjo a través de los videojuegos, sino que, gracias a la popularidad de los mismos, muchos de los personajes protagonistas, lo fueron también de campañas publicitarias offline, consiguiendo una comunicación diferente y efectiva. Un buen ejemplo fue Lara Croft que sirvió de imagen para la campaña publicitaria de la bebida británica “Lucozade”.

Cada vez más marcas apuestan por los videojuegos como medio de comunicación y publicidad. Actualmente, el mercado está creciendo constantemente con juegos móviles por lo que el término Advergame sigue extendiéndose, las empresas se han familiarizado con él y han aprendido a sacarle partido. Coca-Cola, como siempre a la vanguardia inició el movimiento Coca-Cola con un juego de estrategia y social, también lo hizo Mahou con un juego deportivo que promociona y potencia su marca.

En definitiva, el advergaming es en la actualidad otra manera de apostar por intensificar la relación entre las marcas y los usuarios, generando una mejor comunicación.  Echando la vista atrás, podemos comprobar que ese concepto no es nuevo, y que lejos de extinguirse, ha evolucionado y se ha adaptado a las necesidades actuales de la publicidad y la comunicación.

Daniel Iglesias, diseñador de videojuegos en Cupra Studios