[vc_row][vc_column][vc_column_text]Si hay algo de lo que podemos estar seguros es de que vivimos en una época radicalmente distinta a la de hace 50 años. Pensemos que entonces había pueblos de este país que no tenían ni teléfono o que tenían uno solo; el del bar.

Si echamos la vista un poco más atrás, la gente que nació a finales del siglo XIX murió prácticamente con la misma (y escasa) tecnología que la que había cuando llegó al mundo. No había niños que enseñaran a sus desorientados abuelos a pasar las fotos en una pantalla táctil. No había abuelos que dijeran «pregúntale al cacharro ese, que todo lo sabe». El curso natural del aprendizaje y del conocimiento con su consecuente «estar al día» era el del refrán: «más sabe el diablo por viejo que por diablo»Ya no.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=»1/2″][vc_empty_space][vc_column_text]

La gente mayor puede tener toda la experiencia del mundo pero están fuerísima del mundo tecnológico y lo sabemos todos. La parte triste es que, a veces, aunque quieran estar dentro, seguimos viendo señoras que comparten en FaceBook que «si no das like y compartes esto con todos tus amigos estás aceptando la política de FaceBook y de su despiadado creador Mark Zuckerberg de robarte todo lo que es tuyo incluida tu alma». La forma de proceder de algunas señoras (y señores) en FaceBook es un «WTF?» de manual.

[/vc_column_text][vc_empty_space][vc_custom_heading text=»«Soy tu tía, estás ideal«» font_container=»tag:h3|text_align:left|color:%23dd1616″][vc_empty_space][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_custom_heading text=»Aquí un ejemplo de señora 2.0:» font_container=»tag:h5|text_align:left|color:%23000000″ google_fonts=»font_family:Coda%3Aregular%2C800|font_style:400%20regular%3A400%3Anormal»][vc_single_image image=»16268″ img_size=»large»][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]

Las señoras 2.0 despiertan un sentimiento de ternura similar al de un ‘perrete’ tumbado patas arriba, incapaz de levantarse por sí mismo. Por supuesto ellas están ahí porque alguien tiene que salvar al mundo compartiendo imágenes con frases de buenas vibras, santos que obrarán milagros si se consigue un determinado número de likes y subiéndonos el ánimo  Seamos sinceras, todas las chicas tenemos a nuestro selecto grupo de señoras 2.0 que están ahí para levantarnos la moral en cada foto que pongamos. Suele estar compuesto por madres, tías, primas de la madre, primas del padre, AMIGAS de la madre y quizá alguna antigua profesora que, nostálgica, se puso a buscar a sus alumnas de hace 15 años.

[/vc_column_text][vc_empty_space][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=»1/2″][vc_single_image image=»16282″ img_size=»full» alignment=»center» style=»vc_box_border» border_color=»black»][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_column_text]También tenemos el modelo señora 2.0 que quiere estar tan dentro que utiliza el slang a tope, da igual si bien o mal: «Sí, sí, me lo mandaron en un tuit por guasap»«mandé un twitter a los de la compañía de teléfonos pero nadie me hizo caso, no sé por qué a ti siempre te hacen más caso»… Yo tampoco sé por qué.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]Desde aquí hago un llamamiento de comprensión y paciencia para esas señoras 2.0 que de pequeñas formaban parte de esa generación que se supone que no sabía nada de la vida hasta que creciera, y ahora que han crecido, forman parte de la generación que se mueve en una gran arena movediza de tecnología que las va atrapando. Da igual si se quedan quietas o intentan moverse y aprender, aquello se las va a atrapar igualmente y siempre serán señoras 2.0.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=»1/2″][/vc_column][vc_column width=»1/2″][/vc_column][/vc_row]