En un mundo monopolizado a todos los niveles donde los peces gordos son muy gordos  y los peces pequeños necesitan mucho “alimento” para ponerse a la altura, observamos que  el escenario digital está gobernado por los señores Google y Facebook .Estos señores tienen a su vez otros canales de los que se abastecen (como Youtube o Whatsapp) que les permite ejercer una presión autoritaria sobre el resto de canales que intentan hacerse hueco.

Esto ha ocasionado muchas dudas en el entorno digital poniendo en tela de juicio la ética de estos dos gigantes a la hora de medir resultados. ¿cómo podemos fiarnos de unas métricas creadas por y para estos gigantes con el objetivo de sacar provecho y quedar delante de sus competidores?

En un artículo publicado por Adweek, el CMO de Treasure Data, Kiyoto Tamura ofrecía esta reflexión: “Los actores más pequeños de la industria podrían trabajar juntos para crear un modelo de acceso a datos de consumo que sea más abierto. Uno que incluso pudiera llegar a desafiar el dominio de Google y Facebook”.

Esta idea es la de muchos Davides contra el Gran Goliath: La única forma de ganar al gigante es sumar a muchos “pequeños peces”  que tengan la fuerza suficiente como para llegar a su altura.

 Si esta situación no se da en un determinado plazo de tiempo, seguramente sea demasiado tarde y el gigante siga avanzando con zancadas demasiado largas, ejecutando compras estratégicas como las de Youtube o las de Whatsapp, y reduciendo las opciones del resto de canales, una mala noticia para el consumidor, el que más sufre el monopolio.

Ante esta situación de mercado, es inevitable mirar los posibles competidores desde el retrovisor, aquellos que pueden plantar cara a estas redes, gigantes entre los gigantes.

Si alguien puede, los perfiles más aventajados estarían formados por la coalición de Twitter, Pinterest y Snapchat, las únicas plataformas que cuentan con una masa crítica decente, capaces de poder al menos intentarlo. El premio no es pequeño, hablamos de una inversión global (para este año) en publicidad digital de 83.000 millones de dólares, por lo que la tarta es muy tentadora.

Permaneceremos atentos al mercado para ver qué Davides pueden alcanzar el trono y qué zancadas dan los señores Goliath.

¿Conseguirán los Davides alzarse con el trono?