[vc_row][vc_column][vc_column_text]Escribir bajo una identidad oculta era una práctica habitual del pasado siglo  tanto en literatura como en prensa. Los motivos eran diversos, la búsqueda de libertad para expresar opiniones políticas evitando represalias o simplemente emplear un nombre más sencillo de recordar que el propio.

Esta práctica, actualmente está casi extinguida en el sentido tradicional. Sin embargo, en un mundo tan tecnológico en el que nuestra identidad está expuesta en multitud de redes sociales, a través de las cuales profesionales de diversos ámbitos aprovechan para dar a conocer no sólo su trabajo sino también aspectos más personales de su vida, destaca el éxito que han alcanzado en Twitter perfiles en los que se mantiene oculta la verdadera identidad de sus autores.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]Este particular “renacimiento” del uso de pseudónimos ha dado lugar a personalidades ficticias que comentan la actualidad social y política en clave de humor más bien ácido, personajes literarios que pueden interactuar con sus lectores o perfiles que parodian personas famosas y publican opiniones desde su particular punto de vista.

No es de extrañar dada la situación, que algunos tuiteros como Señorita Puri (@SenoritaPuri), Gerardo Tecé (@gerardotc), Super Falete (@SuperFalete)  o Kim Jong-un (@norcoreano)  hayan llegado a convertirse en referencias del humor actual como hasta ahora ocurría con humoristas o monologuistas.

En ocasiones, la capacidad creativa de estos tuiteros se encuentra con la dificultad que supone proteger la propiedad de sus creaciones en un ámbito tan accesible como Twitter, en el que la única manera de reconocer la autoría de un chiste o meme es mencionar la cuenta en la que se originó.[/vc_column_text][vc_empty_space][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_custom_heading text=»Uso adecuado del anonimato» font_container=»tag:h2|text_align:left|color:%23dd3333″ google_fonts=»font_family:Lato%3A100%2C100italic%2C300%2C300italic%2Cregular%2Citalic%2C700%2C700italic%2C900%2C900italic|font_style:400%20regular%3A400%3Anormal»][vc_column_text]Desde hace unos meses, los administradores de Twitter empezaron a pedir la identidad de las cuentas anónimas para evitar el acoso que se estaba practicando en algunos casos en las redes, empezando principalmente por aquellas que reunían demasiadas denuncias y reportes de usuarios.

Este hecho alcanzó un gran revuelo a raíz del caso de la cuenta Masa Enfurecida (@masaenfurecida), que después de cinco años de tuits cargados de humor e ironía decidió dejar Twitter prefiriendo mantener totalmente su anonimato, negándose a proporcionar el número de teléfono móvil que los administradores de la red social le solicitaban.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]Obviamente el uso de pseudónimos ofrece libertad a la hora de expresarse sin exponer la verdadera identidad, pero eso no significa que todo vale. Escudarse en el anonimato para realizar comentarios ofensivos, insultar o amenazar son comportamientos inaceptables que también se producen cada día y que continuamente abren el debate sobre si debe mostrarse o no la verdadera identidad en la red.

¿Te ha pasado algo con un cuenta anónima que nos quieras contar?

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